Arroyo y Tagarete. Tanto monta, monta tanto. Es nuestro paseo de hoy, una calle, un arroyo, su nombre, su curso y su historia. Todo un compendio de una parte de Sevilla, una zona moldeada por unas aguas que en su día fueron barrera defensiva junto a las caras este y sur de la muralla y que ahora perviven en el recuerdo del nomenclátor urbano.

Para conocer a ambos hay que remontarse muy atrás en el tiempo, a la época tartésica, cuando los terrenos de la urbe que hoy habitamos eran unas suaves elevaciones rodeadas de diferentes ramales y brazos de aguas que surtían al Guadalquivir, un río vivo y cambiante que con sus crecidas hacía estragos en esta llanura aluvial en la que nos encontramos. Ya vimos en el Cerro Macareno que lo mismo ocurría con sus afluentes de la zona, provenientes en su mayoría de la comarca de Los Alcores.

Llegando desde dicha comarca bajo el nombre de Miraflores, cambiaba su nombre por el de Tagarete al aproximarse a Sevilla y lo vemos serpenteando en este plano desde la esquina superior izquierda (Norte) a la inferior derecha (Sur). Primero atravesaba los campos que ahora son el Parque Miraflores, donde hay un tramo reconstruido que nos recuerda su curso como vemos en la siguiente imagen de la restaurada Alcantarilla de Miraflores y un paso de agua que nos indica las variaciones de caudal que tendría con las lluvias. Estos son los únicos vestigios de puentecillos que quedan en pie, salvándose al estar enterrados durante años como base para el puente de la Carretera de Miraflores.

Volviendo al plano, aparece otra alcantarilla que por el dibujo sería la de mayor proporción. Se trata de la Alcantarilla de la Fuente del Arzobispo, situada junto a los manantiales del mismo nombre y de los que ya hablamos en anterior ocasión. Si se fijan, formando una especie de “Y”, llegaban a este punto para cruzar el Tagarete dos caminos desde diferentes puertas de la muralla. Uno venía desde la Puerta del Sol y era el Camino de la Fuente del Arzobispo que es la actual Carretera de Carmona, el otro desde la Puerta Osario y el arrabal de San Roque era el Camino de Burón que hoy en día es la c/ Arroyo y sus prolongaciones de c/ Tharsis y c/ Baltasar de Alcázar, entre las que se ubicaba la antigua Huerta de Burón que además contaba con la siguiente alcantarilla para atravesar el arroyo y poder acceder a la misma.

Dejamos atrás los actuales barrios del final de esta zona que son El Zodiaco y La Corza y nos encontramos en el tramo de la imagen, donde precisamente el Tagarete hacia un pequeño giro para buscar el Prado de Santa Justa, por el que a veces se bifurcaba con las crecidas, transcurriendo a la espalda de las huertas de San Pagés y Los Granados, y que dieron nombre a los barrios levantados en esos terrenos, años después de construirse la barriada de San José Obrero.

La c/ Arroyo se rotuló con ese nombre en 1859, pero también fue conocida por Acera del Arroyo o Frente del Tagarete, e incluso Callejón de los Granados en el tramo que pasaba junto a dicha huerta. Al igual que el afluente, la vida y proyección de la calle ha sido cambiante, primero fueron huertas, luego fue llegando la expansión industrial y posteriormente la aparición de diferentes núcleos de viviendas a lo largo de los últimos cien años.

Como hemos dicho, uno de esos barrios aparecidos a mediados del s.XX fue San José Obrero, cuya parroquia quedó inaugurada el 25 de julio de 1958. Fue construida sobre unos terrenos cedidos por el que fuera alcalde y ministro franquista don Joaquín Benjumea Burín, tío del fundador de la empresa sevillana Abengoa, don Javier Benjumea. Vemos en la imagen la iglesia junto al que fue el antiguo Colegio de Ntra. Sra. de Loreto, hoy trasladado en la contigua barriada de San Carlos. También todo el nuevo barrio junto al albergue social, donde hoy se levanta el Instituto Antonio Machado, en el lugar que hubo una fábrica de guano a mediados del s.XVIII. Más arriba, en lo que hoy es la acera donde está el Colegio Al-Andalus, aparece la Huerta de Narciso lindando con otra fábrica, la de Destilaciones Bordas Chinchurreta. Justo al lado figuran algunas de las casas de Árbol Gordo y los solares de las actuales barriadas de San Carlos y Tartessos.

Seguimos caminando hacia el inicio de esta calle y a la vez retrocediendo en el tiempo, en concreto a las primeras décadas del pasado s.XX, cuando se construyeron las 200 parcelas que forman El Fontanal. Este barrio apareció tras ir vendiendo el propietario de la huerta de dicho nombre esos terrenos a las familias que venían del campo atraídas por la actividad fabril que había en la av. de Miraflores, la Carretera de Carmona y la propia c/ Arroyo.

Tras pasar la peculiar plaza dedicada al actor sevillano Antonio Martelo, encontramos en uno de sus cuadrantes una obra regionalista del arquitecto hispalense Antonio Arévalo Martínez. Se trata de la que fue la antigua fábrica de sombreros de los Sucesores de Carmelo López Palarea, levantada entre 1928-31 y fusionada con la que había en la c/ Castellar, propiedad de Fernández y Roche, para crear Industrias Sombrereras Españolas S.A., como reza en el azulejo de la fachada conservada en las actuales viviendas que vemos arriba.

Frente a esta fábrica se extiende la gran parcela que los Salesianos fueron edificando alrededor de la actual Basílica de Mª Auxiliadora desde su llegada en 1893. En el grabado vemos sus dependencias en esa época desde la entrada principal y al fondo tras sus muros, la zona de la c/ Arroyo por la que nos encontramos ahora. Se aprecian naves en el lugar de ISESA, algunas casas del Fontanal y al fondo quizá la citada fábrica de guano.

Al igual que el Tagarete discurría a través del Prado de Santa Justa, próximo a la actual estación de trenes, nosotros avanzamos por el tramo que era conocido como Callejón de los Granados, donde Aníbal González construyera algunos corrales de vecinos en 1905. Allí vemos el Colegio Mayor San Juan Bosco, en la parcela salesiana, junto al que estaba la piscina ya desaparecida tras la construcción reciente de nuevos bloques de viviendas. Abajo vemos en la acera de los pares el Colegio Calvo Sotelo, obra de Juan Talavera y Leopoldo Carrera entre 1934-37 y que hace esquina con la c/ Urquiza, en el lugar dónde décadas atrás estuvo la fábrica de camas y colchones metálicos Urquiza y Pérez y que dio nombre a dicha calle.

Precisamente en esta entrañable imagen familiar, amablemente cedida por un lector, en la que ataviados para la Feria del Prado se encaminan por este tramo de la c/ Arroyo, teniendo a la izquierda el ya desaparecido muro del Colegio Mayor San Juan Bosco y en la acera de la derecha volvemos a ver el Colegio Calvo Sotelo.

Fijándonos nuevamente en el plano inicial, observamos en el centro un edificio con cuadrículas. Se trata de la primera industria que hubo en la zona, la Real Fábrica de Salitre, mandada a construir por el rey Fernando VI allá por 1757 en estos terrenos pantanosos, por las crecidas del Tagarete, e insalubres por su alto contenido en nitro. Aunque el auge de la pólvora inglesa llevó a su cierre un siglo después, derribándose y levantando en su lugar el Perneo. Tampoco duró mucho este matadero puesto que su espacio quedó dividido en diferentes parcelas, levantándose en una otro edificio de Antonio Arévalo en 1912, el Laboratorio Municipal y más adelante, en otra se edificó el Ambulatorio de Mª Auxiliadora.

Nos acercamos al inicio de la calle, sus tramos más antiguos y estrechos, por lo que ya sólo hay tráfico en un único sentido. Nos detenemos en la esquina con la c/ Gonzalo Bilbao, ya que dicha manzana la ocupa el edificio de 1900 que vemos en la foto superior. Se trata de la que fue vivienda y estudio del pintor sevillano Gonzalo Bilbao, que presta nombre a esa calle, y que actualmente acoge la biblioteca y el aula de Grados de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.

Aquí vemos las Escuelas de Carmen Benítez en 1897, un año después de ser inaugurado. Conocido popularmente por el Colegio del Reloj, se encuentra en la antigua plaza de San Roque y que desde la creación de la escuela comparte el nombre de su fundadora. Aquí comienza la c/ Arroyo, en la esquina de la casa blanca de la izquierda, mientras al fondo de la derecha se vislumbra el Campo de los Mártires, situado tras el cauce del Tagarete en el barrio de la Calzada.

Con esta instantánea que abarca el Prado de Santa Justa y los sectores de la propia Arroyo, la Carretera de Carmona e incluso las avenidas de Miraflores y Cruz Roja, finalizamos nuestro paseo a lo largo de esta singular calle entre su pasado de huertas e industria y su presente de viviendas y centros de estudio. Mientras el Tagarete seguía su curso hacia la Alcantarilla de las Madejas, que es la más famosa por ser parte de los Caños de Carmona, para encaminarse en búsqueda de otra industria, la Real Fábrica de Tabacos, para desembocar junto a la Torre del Oro. Pero esas otras alcantarillas, su posterior abovedado, así como su desvío y unión con el tristemente famoso arroyo Tamarguillo lo descubriremos en Sevilla Legendaria, pero en otra ocasión.
J.M.
Muchas gracias por esta publicación. ¿Dónde puedo conseguir imágenes aéreas como la última que has subido?
Gracias por tu lectura. Puedes conseguir imágenes como esa en el portal de la Gerencia de Urbanismo de Sevilla. Un saludo
Muy interesante y muy bien relatado. Mis felicitaciones a Joaquin Montiel. Un saludo desde el Tamarguillo
Muchas gracias, nos alegra saber que le ha gustado. También tenemos pendiente trabajar algo sobre el Tamarguillo, un saludo.
Es fantástico conocer estas historias interesantes sobre lugares por los que tantas veces paso!!!
Muchas gracias, es lo interesante de Sevilla y sus rincones, que siempre guardan un secreto.