Sevilla, Bollullos Par del Condado y La Rinconada. La capital andaluza, una población onubense y otra sevillana. ¿Qué relación pueden guardar entre ellas? Pues la sencilla explicación del título: La Caseta del Real Círculo de Labradores de Sevilla en la Feria de Sevilla.

Para empezar, tenemos que trasladarnos a mediados del s. XIX, cuando los empresarios Ybarra y Bonaplata idearon la reorganización de una feria que desde 1847 supuso el inicio de la nueva andadura de nuestra Feria de Abril de Sevilla, que comenzó a celebrarse en la explanada del Prado de San Sebastián. Allí se colocaron las primeras 19 tiendas o lonas de marcado carácter comercial y ganadero, como hizo en 1850 D. Antonio de Orleans, Duque de Montpensier, que ya la dispuso más acorde a una caseta privada. Unos años después, el Ayuntamiento de Sevilla ofreció terrenos a distintas asociaciones para la instalación de sus casetas y es dicha circunstancia la que el Círculo de Labradores y Propietarios aprovecha para el montaje de una caseta permanente en 1890. La artística estructura metálica, que luce engalanada en la foto inicial, fue diseñada por los ingenieros Martín Ongay y Enrique Peralo Jimeno y elaborada en la extinta Fundición San Antonio, un negocio metalúrgico ubicado en el desamortizado Convento de San Antonio de la c/ San Vicente de la capital hispalense.

Este taller, dirigido entonces por Pérez Hermanos, venía precedido de gran fama, pues había sido responsable de los hierros utilizados para levantar el Puente de Isabel II o de Triana en 1852, cuando era regentado por su precursor, el mencionado empresario y concejal, Narciso Bonaplata. Poco después de esta caseta, en 1896, construyeron también la propia Pasarela del Prado, bajo las órdenes del ingeniero Dionisio Pérez Tobías, y también la primera caseta estable del Círculo Mercantil de Sevilla, que les sirvió de sede para diferentes eventos sociales e incluso a modo de estadio de fútbol del Sevilla F.C., con ambas casetas en los ángulos superiores de la imagen vista arriba.

Pero en el verano de 1930, la Junta Directiva de esta asociación sevillana determina poner esta caseta en venta, algo que queda confirmado el 16 de septiembre de dicho año al ser adquirida en la subasta por el bollullero José Ayala Mathieu, por un importe de 17.025 pesetas y otras 500 ptas. más por la techumbre, que originalmente fue blanca y roja, como las cortinas y lonas que la decoraban. Poco después de la compra, una cuadrilla de albañiles y mecánicos de Bollullos Par del Condado, encabezados por Manuel Acosta, se trasladan a Sevilla para su desmontaje y enumeración de piezas con el fin de transportarlas a su localidad a final de año. Allí quedó la caseta nuevamente levantada en el verano de 1931, a la que se añadieron, entre las columnas de fundición que la soportan, los muros a la capuchina que la cierran. Mientras el Círculo de Labradores organizó, hasta 1953, una caseta de madera desmontable próxima al Casino de la Exposición.

Vemos en la foto superior, entorno a los años 60-70, como quedó la instalación y cerramiento de la antigua caseta feriante para ejercer de bodega, a la que se añadieron las edificaciones siguientes a modo de lagar. El emplazamiento se llama El Majuelo de Soto, pues la familia Soto adquirió los terrenos e instalaciones en 1939, teniendo uso de bodega hasta finales del s. XX. Actualmente, solamente es utilizada como salón de celebraciones de eventos familiares, permaneciendo visible desde la carretera A-483-R, de acceso a la localidad onubense, y la autovía A-483, en el trayecto hacia El Rocío y Matalascañas.

En 1953 y ante la ausencia de los planos originales, los socios de la organización hispalense desplazaron hasta este lugar a un fotógrafo y un dibujante, con el fin de tener muestras para poder encargar al mismo taller de fundición la realización de una nueva caseta fija. De este modo, en la Feria de Abril de 1954 estrenaron la nueva estructura que quedó fijada junto al antiguo Pabellón de Portugal, hoy consulado, de la Exposición Íbero-Americana de 1929.

Arriba vemos el interior de la nueva construcción presidida por el imponente crucificado de Juan de Mesa, en las Misiones Generales de 1965 que también motivaron el traslado del Stmo. Cristo de las Misericordias de la Hdad. de Santa Cruz a la instalaciones deportivas del propio Real Círculo de Labradores en el barrio de Los Remedios. Precisamente allí, el Ayuntamiento de Sevilla trasladó el recinto ferial a su actual ubicación en el año 1973, por lo que dicha caseta no estuvo demasiado años instalada en el Prado. De hecho, ante la premura del propio consistorio, fue adquirida en 1975 por el Real Automóvil Club de Andalucía (RACA) que la traslada a sus instalaciones colindantes con el aeropuerto sevillano, situadas en el término municipal de La Rinconada. Allí se levantará con un cerramiento similar al onubense, además de ventanas y rejas encargadas nuevamente a la Fundición San Antonio, cumpliendo la función de salón de actos y celebraciones bajo el nombre de Caseta Social de la actual Asociación Club de Campo de Sevilla, como observamos a continuación.

Así han sido y son las diferentes vidas de estas singulares casetas que han entrelazado a estos municipios, clubes sociales y viñedos con nuestra Feria de Abril, donde ambas organizaciones sevillanas comparten recinto anualmente. Destacando en su buen ambiente y dimensiones, especialmente la que hoy nos ocupa, la del Real Círculo de Labradores de Sevilla, nexo de estas históricas curiosidades por la geografía andaluza que nos guarda en esta Sevilla Legendaria.

Nota: Agradecimiento a la página de la Familia Soto (https://majuelo.webnode.es/), en la que anuncian su venta y ponen de manifiesto su valor histórico, así como al socio del R. C. de Labradores, el Doctor en Derecho D. Eduardo Saénz de Varona por la gran labor cultural desarrollada en la suya (https://saenzsotogrande.blogspot.com/). Sin el gran aporte de información de ambas, esta historia caería en olvido.
J. M.
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